¿Sientes que tus pies están descuidados
y que necesitan un poco más de suavidad?
Entonces es momento de aplicarles una buena solución,
práctica y casera: un suavizante hecho a base
de sales de Epsom y vinagre.
¡No tienes más que seguir la receta y probarla!
Pies inflamados
La sal de Epsom, también conocida como sulfato de magnesio,
es famosa por su poder lanxante, pero también es excelente
para aliviar dolores musculares y calambres,
debido a su alto contenido en este mineral.
Además, al tener una textura rugosa,
funciona muy bien como exfoliante, suavizando
y quitando células muertas.
Al acompañarlo con vinagre, podrás no sólo hacer que tus pies
se vean de lujo, sin callosidades,
sino que también equilibrarás el pH de la piel.
Puedes probar cómo actúan las sales de Epsom
para la belleza en un sencillo suavizante de pies,
donde se combina con vinagre de manzana, un elemento
que te ayudará también a suavizarlos, le dará brillo a tu piel y,
además, hasta puede llegar a matar algún hongo que esté dando vueltas.
Ingredientes:
Agua tibia
Una taza de sales de Epsom
Una taza de vinagre
Preparación:
Llena un recipiente grande con agua tibia,
agregar una taza de vinagre de manzana
y una de sales de Epsom.
Deja en remojo tus pies unos 20 minutos,
luego frota con una piedra pomez para quitar la piel muerta
y enjuaga con agua fresca y jabón para quitar el olor a vinagre.
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