Piensa en lo bueno, en lo amable,
en lo bello y en la verdad.
Recorre tu vida y detente en donde haya
bellos recuerdos y emociones sanas
y vívelas otra vez.
Visualiza aquel atardecer que te emocionó.
Revive esa caricia espontánea
que se te dio.
Disfruta nuevamente de la paz
que ya has conocido,
piensa y vive el bien.
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